BUENOS AIRES, ARGENTINA. — Un violento temporal con lluvias y vientos de hasta 150 km/hora azotó el centro de Argentina, dejando a su paso una estela de destrucción que ha cobrado la vida de al menos 13 personas, según informaron las autoridades locales. El fenómeno meteorológico, caracterizado por fuertes vientos, intensas lluvias y tormentas eléctricas, causó estragos en varias provincias, generando deslizamientos de tierra, inundaciones y cortes de energía.
La localidad más afectada por el temporal ha sido Bahía Blanca, que se encuentra a 800 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, donde la combinación de factores climáticos ha provocado una situación de emergencia. Equipos de rescate y personal de emergencia han trabajado incansablemente para socorrer a aquellos atrapados en zonas inundadas, evacuar a residentes en peligro y evaluar los daños. Se estima que hasta el momento se reporta un número de 14 heridos de gravedad.
De igual forma, se reportan numerosos daños en infraestructuras, incluyendo viviendas, carreteras y puentes, lo que dificulta las labores de rescate y respuesta a la emergencia. Las autoridades han declarado la situación como un desastre natural y han movilizado recursos adicionales para hacer frente a la magnitud de la crisis.
El presidente Javier Milei expresó «su más sentido pésame» por las víctimas y su oficina informó que el gobierno está «monitoreando la delicada situación generada por la tormenta eléctrica» que azotó la provincia de Buenos Aires, con vientos «que superaron los 150 km/h».
«El gabinete nacional se encuentra trabajando en conjunto con las autoridades provinciales y municipales en la asistencia de las víctimas y el control de daños», declaró la oficina presidencial.
Las familias afectadas se enfrentan no solo a la pérdida de seres queridos, sino también a la angustia de ver sus hogares y pertenencias arrasados por las inclemencias del tiempo. Organizaciones humanitarias y grupos de voluntarios se han unido a los esfuerzos de socorro, proporcionando refugio, alimentos y suministros esenciales a aquellos afectados.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) declaró la alerta «naranja» en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe (centro-este), con lluvias de hasta 130 mm, una alerta «amarilla» para otras seis provincias y pronosticó el avance de las tormentas hacia el norte en los próximos días, lo que agrega una capa de preocupación a los esfuerzos de recuperación.
Los vientos fueron generados por «una gran masa de aire caliente y húmeda previa que se activó con el pasaje de un frente frío», pero sin relación específica con el actual fenómeno El Niño, explicó el meteorólogo Leo DeBenedictis.
La capital amaneció con 360 árboles caídos que destrozaron vehículos, cortaron cables, derrumbaron columnas de alumbrado público y marquesinas, e interrumpieron la circulación por calles y avenidas. Los servicios de emergencia de la ciudad trabajaban a destajo.
En el barrio de Palermo, al menos tres personas resultaron heridas en la madrugada mientras asistían a la fiesta musical Bresh, en el estadio del club GEBA, donde cedió el escenario principal, informaron el domingo 17 de diciembre los organizadores a la prensa. Otras 13 personas fueron atendidas en hospitales después que volaran carpas en un evento que se desarrollaba en el Hipódromo de Palermo, informó el servicio de emergencia SAME.
Algunos suburbios de la capital también fueron castigados por el temporal, con lluvias acumuladas de 40 mm en pocas horas, un tercio de la media histórica para diciembre, informó el SMN. Por su parte, la ciudad de San Isidro, 20 km al norte quedó parcialmente aislada por la caída de árboles añosos.
Mientras las comunidades afectadas luchan por sobreponerse a la tragedia, se espera que la solidaridad nacional e internacional juegue un papel crucial en la reconstrucción y apoyo a los damnificados.
PUBLICADO EL 18 DE DICIEMBRE DE 2023/ Con información de AFP)