JERUSALÉN. — Más de un año después del inicio de una guerra que ha rebotado en todo el Medio Oriente, las tropas israelíes siguen luchando contra Hamas en la parte más destruida y aislada de la Franja de Gaza.
En el norte de Gaza, militantes de Hamas llevan a cabo ataques relámpago desde edificios bombardeados. Los residentes dicen que las fuerzas israelíes han allanado refugios para los desplazados, obligando a la gente a salir a punta de pistola. Los socorristas dicen que apenas pueden operar debido al bombardeo israelí.
Desde su ataque del 7 de octubre contra Israel que desató la guerra en Gaza, Hamas ha sufrido grandes pérdidas. El reciente asesinato de su máximo líder, Yahya Sinwar, fue visto como un posible punto de inflexión, sin embargo, las dos partes no parecen estar más cerca de un alto el fuego, y Hamas, que todavía tiene decenas de rehenes, sigue siendo el poder dominante en Gaza.
El conflicto ha atraído a militantes desde el Líbano hasta Yemen, y su principal patrocinador, Irán, se ha acercado poco a poco a una guerra total con Israel. Pero en el norte de Gaza, la guerra parece atrapada en un bucle de devastadoras ofensivas israelíes, seguidas por el reagrupamiento de los combatientes de Hamas.
Una vez más, Israel está ordenando evacuaciones masivas, restringiendo severamente la ayuda a pesar de la indignación mundial y atacando hospitales que, según dice, son utilizados por militantes.
En la ciudad fronteriza septentrional de Beit Lahiya, uno de los primeros objetivos de la invasión terrestre del año pasado, dos ataques israelíes esta semana mataron al menos a 88 palestinos, entre ellos decenas de mujeres y niños. El ejército dijo que su objetivo era un observador en el techo.
A medida que la guerra avanza, Israel está recurriendo a medidas cada vez más draconianas. Incluso se habla de adoptar una estrategia de rendirse o morir de hambre propuesta por exgenerales.
El lunes, Israel aprobó una legislación que podría restringir severamente a la agencia de la ONU que es el mayor proveedor de ayuda en Gaza, a pesar de las protestas de Estados Unidos y otros aliados cercanos. Acusa a la agencia de dejarse infiltrar por Hamas, acusaciones negadas por la ONU.
Otra ofensiva, mientras Hamas sigue llenando el vacío
Israel lanzó su última ofensiva en el norte de Gaza a principios de octubre, centrándose en Jabaliya, un abarrotado campo de refugiados urbanos de décadas de antigüedad donde, según dice, Hamas se había reagrupado.
Los milicianos liderados por Hamas mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 250 ese día. La ofensiva israelí ha matado a más de 43.000 palestinos, según las autoridades sanitarias de Gaza, que no dicen cuántos eran combatientes, pero dicen que más de la mitad eran mujeres y niños.
Israel dice que ha matado a más de 17.000 combatientes, sin proporcionar pruebas, y Estados Unidos dice que Hamas ya no es capaz de organizar un ataque como el del 7 de octubre.
Pero las fuerzas israelíes han regresado repetidamente a áreas donde habían luchado antes, solo para enfrentar nuevos ataques. Al menos 16 soldados israelíes han muerto en el norte de Gaza desde que comenzó la última operación, incluido un coronel de 41 años.
Israel aún no ha presentado un plan para la Gaza de posguerra y ha rechazado una iniciativa de Estados Unidos para que la Autoridad Palestina, respaldada por Occidente, regrese y gobierne con apoyo árabe. Hombres de seguridad de Hamás vestidos de civil siguen patrullando la mayoría de las zonas.
«Es una guerra sin fin», dijo Michael Milshtein, un ex oficial de inteligencia militar israelí que ahora dirige un programa de estudios palestinos en la Universidad de Tel Aviv.
Dice que Israel sólo tiene dos opciones para romper el ciclo: o bien reocupar Gaza por completo, lo que requeriría que varios miles de soldados estuvieran estacionados allí indefinidamente. O asegurar un alto el fuego con Hamas que implique la liberación de sus rehenes a cambio de palestinos en cárceles israelíes, y una retirada total de Israel, el tipo de acuerdo que ha eludido durante mucho tiempo a los mediadores estadounidenses y árabes.
«Estamos en Jabaliya por cuarta vez, y tal vez en el próximo mes nos encontraremos allí para la quinta y la sexta», dijo.
PUBLICADO EL 02 DE NOVIEMBRE DE 2024 Con información de AP/SAMY MAGDY, JULIA FRANKEL y JOSEPH KRAUSS)